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Oculus
martes, 23 de agosto de 2016
LA CASA DE LOS MIEDOS
Abandonamos la península para
trasladarnos a la zona más septentrional de la isla de Gran Canaria, al
municipio de Santa María de Guía, un lugar cargado de tradiciones que
hace de él, un entorno totalmente mágico, con una energía muy particular, un
halo de misterio que hace del lugar más majestuoso. A lo largo de los
años, se han podido ver desde luces que cruzan los cielos nocturnos,
a presencias fantasmales en varios lugares de esta parte norte.
Cuando las personas que habitan un
lugar lo abandonan, a lo largo del tiempo, este, acaba cayendo fulminantemente
por el mismo abandono, donde ratas y demás animales campan a sus anchas ajenos
a lo que tiempo atrás a sucedido. Muchas de estas viviendas abandonadas,
no lo están por el simple hecho de estarlo, si no por factores
totalmente ajenos a los corrientes.
Y es que el misterio no centra
solo en grandes y lujosos y antiguos palacios. En esta ocasión los fenómenos
ocurren en una pequeña casa de forma rectangular, de unos 80 metros cuadrados,
con un gallinero en la parte trasera donde se alojaba un pequeño trastero
externo y un terreno de cultivo.
No se sabe con exactitud cuando
estos fenómenos empezaron a suceder. Pero hay una teoría que se cree que
es la más acertada de todas las que hay. Esta cuenta como una pareja
de recién casados, codiciaban fama y dinero, timando y robando
el dinero a muchas familias de la zona. Una fría y lúgubre noche, un
turba de vecinos enfurecidos por el comportamiento de la pareja, decide tomarse
la justicia por su mano y con un ambiente cargado del más puro odio, deciden
matar a todo su ganado y gallinas.
La familia extrañada por el
alboroto decide ir a defender a sus animales, pero esta acaba igualmente
asesinada por sus deudores que querían venganza. Los vecinos de la zona no se
percataron de lo ocurrido, ya que esta pareja por
su temperamento tan arisco y antisocial, nadie en el pueblo
se percató de su ausencia.
Pero lo que hace que su historia
haya llegado hasta nuestros días, son los horrores que sus habitantes posteriores
sufrieron en su interior.
Según el testimonio de la hija
del penúltimo propietario, las calamidades que pasaron sus padres en la época
en la que la habitaron les llevaron a buscar otra casa en la que vivir, a pesar
su mala situación económica, fruto de la época de la transición.
Al caer la noche, la casa se
envolvía en un halo de negatividad e inquietud, acentuada por los fenómenos que
acontecían a altas horas de la madrugada. En el cuarto, separado del resto de
la casa por un simple tabique de bloques antiguos, se empezaban a escuchar
pequeños golpes, como el caer de una gota desde el techo al frío e inhóspito
suelo, que crecían en el eco de la soledad de la casa.
En un principio les creó más
curiosidad que pavor, el hecho de no encontrar explicación tras buscar el origen
de los sonidos les llevó a la desesperación, siendo imposible conciliar el sueño
tras el tac, tac, tac durante toda la noche, desde el otro lado de la pared. Pero
si se iba al otro lado, se oía desde donde venías y todo sin rastro de
cualquier tipo de humedad en las estancias.
Otra noche, a los inquilinos los
despierta un gran jaleo, ruidos fuertes, golpes en las paredes y voces que
despiertan a toda la familia. El padre de familia, ya cansado de escuchar esos
berridos y sonidos extraños, decide ir a investigar. Cuando sale de la casa,
descubre que los ruidos provienen del gallinero, inmediatamente no lo duda y
corre hacia este, pensando que le estaban robando sus gallinas. Cuando
este llega al gallinero, se queda perplejo, porque estando en el lugar de donde
provenían esos ruidos, no había absolutamente nada ni nadie. Los animales
incluso, gozaban de un sueño placentero y profundo.
Los habitantes del pueblo, la
comenzaron a llamar "la casa de los miedos" ya que cada
familia que entraba en ella, no llegaba al año de estancia en la casa.
Estos fenómenos se acentuaban
según pasaba el tiempo en que la familia vivía en la casa, llegando al punto en
el que la sensación de sentirse vigilados y observados desde los alrededores
del inmueble por alguien completamente invisibles les hizo plantearse buscar
otra casa en la que vivir.
La joven familia se ve
sorprendida al descubrir que, al igual que ellos, los anteriores inquilinos de
dicho inmueble, huyeron de los molestos fenómenos que allí ocurrían, historias que
eran conocidas por todo el pueblo.
Después de unos años, los siguientes
moradores de la casa también se fueron, alegando que les pasaban cosas todavía
más raras, y nadie volvió a vivir allí.
Hoy en día, muchas personas aseguran que el espíritu de la familia que
fue asesinada, todavía vaga por esa finca, llena hoy de matorrales, que la hace
aún más misteriosa.
Podrían darnos su ubicación por favor. Gracias.
ResponderEliminarValladolid, España
EliminarEsa casa está en un pueblo de la isla de Gran Canaria
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