viernes, 18 de octubre de 2019
Como ya dijimos, los fantasmas del Parador no son los únicos misterios que encierra esta pequeña villa...
EL CRISTO DE LIMPIAS
En la pequeña parroquia de la localidad, dedicada a San Pedro, en su altar mayor se venera una prodigiosa escultura bautizada con el nombre de El Cristo de la Agonía.
Se desconoce el origen de la imagen, pero se cree que fue venerada en Cadiz y sacada en procesión para detener un maremoto e inundaciones, con satisfactorio resultado. Tras esto cayó en manos de D. Diego de la Piedra, natural de Limpias, donde a su muerte en 1755, dejó escrito que la imagen reposara en el altar mayor de la parroquia de su localidad natal, costeado por él, convirtiéndose así en el Santuario Del Santísimo Cristo de la Agonía.
Corrían los primeros meses del año 1919 y durante la homilía de la celebración del último día de misiones, una niña de 12 años entró en uno de los confesionarios para avisar que el Cristo había cerrado los ojos. El sacerdote no creyó de primeras a la niña, pero cuando una vez acabada la misa y tras el testimonio de varios niños mas, pudieron verificar que no solo cerraba los ojos, sino que además respiraba inflando el pecho y gotas de sangre caían por su rostro.
Mas adelante, el domingo de Ramos de ese mismo año, tras los rumores extendidos ya a toda la península, dos hombres de elevada posición acuden a la localidad para ver lo que ellos calificaban de fenómeno de histeria colectiva. Al acercarse, pudieron observar como la imagen movía los ojos y la boca... Al instante se postraron de rodillas pidiendo perdón y misericordia.
Una semana mas tarde, un grupo de hermanas religiosas afirmaron que la boca del santo Cristo se mmovía mientras ellas rezaban el Rosario.
Para finales de 1921 el número de peregrinaciones ya había superado a las del Santuario de Lourdes, recogiendo mas de 8000 testimonios de personas que atestiguan estas manifestaciones y que se encuentran archivadas en la sacristía del Santuario.
Cuando los miembros de nuestro grupo visitaron el lugar, no observaron nada fuera de lo normal. Y es que, normalmente, el misterio suele ser esquivo...
